Oficio de Separadores

Oficio de separadores

En la plaza del Sol, reaparecerá en público, rodeado de sus fieles, José María Aznar. Quien continúa siendo el verdadero hombre fuerte del PP –los demás son figurantes- ha decidido acudir a la cita. Aznar bendijo –en un acto de la FAES al que acudió la plana mayor del PP- las palabras de Rajoy y de Acebes mezclando soezmente el Estatut con ETA. Ésta es la última consigna de la campaña que ha puesto en marcha la derecha española contra la mayoría de los ciudadanos de Cataluña. Ahora resulta que la política catalana la tutela la banda terrorista.
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Abrazados una vez más a la Constitución que, en el tiempo de su difícil gestación, rechazaba por escrito el propio Aznar, asistirán a la concentración “muchos de los que iban a la plaza de Oriente”, según la oportuna evocación del ministro Montilla. En el imaginario colectivo del conservadurismo hispano la plaza de Oriente fue el recinto sagrado donde, de cuando en cuando, se veneraba al Caudillo y se defendía a España de la conjura que contra ella preparaban sus enemigos: los rojos, los separatistas y los masones.
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Atizar la hoguera de las bajas pasiones es un juego perverso y peligroso. Una cosa es oponerse políticamente al Estatut aportando argumentos y razones, y otra bien distinta montar una especie de tribunal del santo oficio patrio. Mientras, los gurús radiofónicos del odio y la calumnia alertan cada día contra la tentación secesionista catalana, alentada –dicen impertérritos- por Zapatero al que, textualmente, califican como uno de los principales enemigos de España.
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La Constitución no se defiende lanzándosela a la cara en este caso de los catalanes. Fueron los grandes partidos catalanes de la época, desde los nacionalistas de CiU hasta los comunistas del PSUC, incluidos los Centristes de Catalunya-UCD y, por supuesto, el PSC, los que no regatearon esfuerzo alguno por construir la Constitución de todos. Donde, por cierto, cupieron todos. Incluso los empeñados en ejercer ahora el siniestro oficio de separadores.
Enric Sopena

1 comentaris:

  Anònim

02 de desembre, 2005 09:43

Cómo están ustedeeeeeessss?