“Hoy puede ser un gran día”, dijo ayer el presidente del Congreso de Diputados, Manuel Marín, citando de forma explícita el título de una canción de Serrat, al término de su breve salutación, en catalán, a los representantes del Gobierno de la Generalitat de Cataluña, con el presidente Pasqual Maragall al frente, y a la delegación del Parlamento de Cataluña, en el inicio de la sesión plenaria del Congreso en la que fue aprobado en primera instancia el proyecto del nuevo Estatut. .
Manuel Marín llevaba razón. Ayer, en efecto, fue “un gran día”. Lo fue por lo que demostró de buen funcionamiento de nuestras instituciones democráticas, de consecución de un buen acuerdo al término de unas negociaciones difíciles y muy largas, de avance en la construcción de una España autonómica en la que Cataluña se sentirá mucho mejor integrada al ver finalmente reconocida su personalidad nacional y al adquirir más y más importantes competencias. Como señaló el president Maragall en su posterior declaración institucional, ayer fue “un día singular”, y lo fue porque Cataluña se vio reconocida “como es y como quiere ser”.
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Aunque el apoyo alcanzado por este nuevo Estatut es mucho menor que el que obtuvo el anterior –los 189 síes de PSOE, CiU, PSC, IU, ICV, PNV, CC y BNG, los 154 noes de PP, ERC y EA y las 2 abstenciones de ChA y NB-, ahora se inicia el principio del fin de un debate que casi ha monopolizado la vida política catalana y española desde hace cerca de un par de años. A la espera de su debate en el Senado y su definitiva aprobación en el Congreso, al nuevo Estatut le aguarda luego el referéndum con el que, casi con toda seguridad antes del verano próximo, la ciudadanía de Cataluña deberá pronunciarse al respecto.
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Todo apunta ahora a que ERC, y con ella también EA, pasarán a abstenerse en el Senado, y no parece en modo alguno descartable que ERC se sume finalmente al sí en el referéndum. Parece muy difícil que ERC pueda enfrentarse a una consulta que adquirirá características de pleibiscito y en la que el PP va a bolcarse por completo a favor del no, como lo hará sin duda por el sí el PSOE, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente, y como lo harán también PSC e ICV, así como CiU. La intervención de ayer en el Congreso de Mariano Rajoy, de nuevo en línea con Aznar, Acebes y Zaplana, puede acabar por inclinar a ERC a favor del sí. Como dijo ayer Duran Lleida, “en España hay muchos más separadores que separatistas”.
Jordi García