Hay veces que al señor Acebes se le pone cara de ministro del Interior. Peor aún, de la Gobernación, que es cómo se les llamaba antes, en los tiempos del dictador y que parece que tanto añora. Ahora hemos vivido uno de estos momentos. Bastó que el señor Piqué apuntara que no todo era intrínsecamente perverso en el proyecto de Estatut para que el número dos del PP, con manifiesta agresividad, desautorizara fulminantemente al hasta ahora correligionario catalán.Piqué amagó con la dimisión, pero parece que con un simple apoyo personal, que no político, de Rajoy le ha sido suficiente para replantearse su postura.
Josep, cuando uno va de órdago y te descubren se tienen dos opciones, meter el rabo entre las piernas o acabar lo que has empezado. Sinceramente esta segunda opción era la que tenía que haber escogido, salir con dignidad de una situación que no tiene salida, dejar el PP donde no entienden sus posturas moderadas, centristas... no entiende que es imposible la convivencia de la derecha más moderada y el extremismo que ahora copa los puestos de la dirección de su partido. Si no, pregúntele a Alberto, que él de esto entiende un rato.
Josep, reconozco que desde hace años, muchos años, en el PP catalán no había una persona con su perfil y de su competencia.
No tengo reparos a decir que le considero un buen político, a diferencia de sus antecesores más próximos, Albertito y Alejo, que deambularon por la escena política catalana con más pena que gloria.
Señor Piqué usted se merece algo mejor que el trato que está recibiendo desde Génova, recapacite y abandone el Partido Popular, ya no coinciden ni en postulados ni en las formas. Ya no tiene espacio en esa organización que navega sin rumbo, bueno sí, con el rumbo de la crispación, del enfrentamiento, y el del todo vale. Usted es mucho mejor que todo eso. Dimita.
Carlos Serrano
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